Según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, actualmente hay unas 5.200 especies en peligro de extinción, lo que supone el 25% de los mamíferos y anfibios, el 34% de los peces, el 20% de los reptiles y el 11% de las aves. Pero estos datos solo incluyen a los animales vertebrados conocidos y aumentan cuando se extienden al conjunto de las especies vulnerables -aquellas que, sin considerarse en peligro de extinción, pueden entrar en esa categoría al haber sufrido un rápido declive de la población o una pérdida de hábitat considerable.
La desaparición de criaturas tan emblemáticas como los rinocerontes o los grandes felinos es evidente. Sin embargo, muchas otras no son tan conocidas pero juegan un papel muy importante en los ecosistemas por su función polinizadora, porque sirven de alimento a otras especies o porque tienen una relación simbiótica con ellas. Son tan importantes porque su desaparición provoca el llamado efecto cascada: su extinción o reducción masiva pone en peligro al resto del ecosistema.
Algunos de estos muchos animales son: el oso polar, el gorila de montaña, el tiburón blaco, el rinoceronte blanco, el elefante, el atún rojo, el tigre de Amoy, el leopardo de Arabia, el león afrifcano y el oso panda. Pero estos solo son una pequeña parte de los que se encuentran en peligro.
¿Qué podemos hacer?
Podemos contribuir de diversas formas para ayudar a estos animales, una de ellas sería reciclar en tu día a día, ya que nuestros resíduos causan la muerte de muchos animales y destrozan su hábitat, también puedes hacerte voluntario en organizaciones de protección o contribuir economicamente.